Antes de descubrir cómo fabricar vidrio, los seres humanos utilizaban una forma natural de vidrio. La obsidiana (vidrio volcánico) se usaba para hacer puntas de flechas, joyas, cuchillos, etc.

Existe una duda a nivel histórico sobre quién descubrió el vidrio: el historiador romano Plinio da a entender que fueron los fenicios en Siria, hacia el 5.000 a C.

Pero restos arqueológicos encontrados en Egipto y en el este de Mesopotamia, sugieren que fue inventado hacia el 3.500 a.C. y que el primer recipiente de vidrio fue hecho hacía el 1.500 a.C en Egipto y Mesopotamia. Según los restos arqueológicos, parece ser que esta incipiente industria tuvo éxito y crecimiento durante unos 300 años antes de decaer.

Recobró vida hacia el 700 a.C. en Mesopotamia y 500 a.C. en Egipto. Y fue hasta el siglo primero, cuando nos artesanos de Siria inventaron la cerbatana, que se facilitó el proceso de fabricación del vidrio (que antes era derretido en hornos con poco calor).

Hasta el siglo X, Alejandría de Egipto fue el centro mundial de la producción del vidrio y se extendió al resto del mundo mediterráneo, en parte gracias al imperio romano.

No está claro quién fue el inventor del primer par de lentes, el dramaturgo Seneca (siglo primero), habría utilizado un vaso de agua como lupa, para leer “todos los libros de roma”. Los monjes, durante la Edad Media, llegaron a utilizar esferas de vidrio. Pero en el siglo XIII, fabricantes de vidrio venecianos inventaron “piedras de lectura”, que eran vidrios muy gruesos, ensartados en madera o cuerno.

El primer par de vidrios de aumento fue hecho por un artesano de Pisa hacia 1285-1289. Los primeros lentes oftálmicos fueron inventados hasta el principio del siglo XV. No es hasta el siglo XVII que se sabe con certeza que los científicos conocían el principio de los lentes cóncavos y convexos. Los lentes cilíndricos fueron inventados por Sir George Airy en 1.825; mientras que los lentes bifocales fueron inventados por Benjamín Franklin en 1784.

 

Fuente www.historyofglass.com/glass-invention

 

Autor: Pablo Nény Martínez Historiador
Universidad La Sorbona, Paris IV – Paris

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