Ella J Rojas Llano OD ULS<br>Coaching y consultoría<br>Editora del Área de Administración

Dicen que las oportunidades tocan a nuestra puerta y hay que estar preparados para no dejarlas pasar. Y ¿Cuándo no llegan? Hay que salir a buscarlas, es un momento difícil para los profesionales, por los cambios que han vivido, aunque se hayan adaptado y corrido una milla extra, algunas empresas no han logrado mantener a todos sus empleados y posiblemente algunos hayan perdido su trabajo. O, los cambios han sido tan radicales que es desmotivador continuar en el mismo trabajo.

Probablemente es la señal que muchos estaban esperando, para iniciar su emprendimiento, buscar el trabajo en la empresa que han querido, desarrollarse en un área diferente dentro de su carrera o solicitar ese ascenso o movilidad en la empresa en la que trabaja. “Si la oportunidad no llama, construye una puerta”. Milton Berle.

En cualquiera que sea el caso, hay que tener claridad de lo se quiere, conocer cuáles son las competencias con las que se cuenta, y especialmente creer en sí mismo. Dicho esto, ponerse en la tarea de buscar la oportunidad. Actualizar el currículo, hacer presencia en las redes profesionales, relacionarse con los contactos de personas claves de reclutamiento, conocer la empresa a quien le ofrecerá su talento, enviar mails, hacerse visible en LinkedIn y lanzarse a la búsqueda de esa nueva oportunidad. Por supuesto, siempre dejando las puertas abiertas en el lugar en el que se ha trabajado. Cuando se presentan este tipo de crisis, en pocas ocasiones pensamos que nos viene bien un respiro, ya sea porque nos quedamos sin empleo o porque no nos sirven las condiciones actuales en las que estemos trabajando. Es entonces cuando hablamos de oportunidad no solamente como la búsqueda del empleo que salga apresuradamente, sino como la oportunidad para crecer y buscar una alternativa diferente o un trabajo en el que se pueda compensar mejor los horarios para equilibrar la vida familiar y profesional que hoy se requiere en muchos casos. O ir en búsqueda del trabajo soñado en el que se pueda combinar la profesión con un talento o actividad que nos apasione. Es el momento del cambio, la oportunidad no solamente del empleo o el salario en sí, sino la oportunidad para cambiar el estilo de vida, el estilo de trabajo o la forma en cómo lo concebimos. Trabajo no significa cumplir con las ocho horas asignadas, hay posibilidades en que si no es una oferta grande hay empleadores que están buscando otras alternativas compensando el dinero por tiempo. No podemos cerrarnos a la idea que simplemente, vamos a buscar empleo si no que tenemos que mirarlo con esa proyección, con esa fuerza de levantarse y reinventarse creando una oportunidad mayor a ese cambio, que quizás en otro momento no nos atrevíamos a enfrentar, porque estábamos seguros, el llamado no es a hacer un cambio en cualquier dirección o al azar, sino, si es posible, sentarse evaluar nuestras competencias, talentos, sueños, el “qué” es lo que estoy buscando y el “cómo” seria ese trabajo ideal. Si nos movieron el piso tenemos que enfocarnos, no en lo que antes no podíamos dejar atrás, sino en las posibilidades que están frente a nuestros ojos.

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