Es importarte reconocer los factores que han influido para que el aumento del riesgo de sufrir daño ocular por radiación solar se dé finalmente. De acuerdo con la Comisión Internacional de Protección contra Radiación No Ionizante (ICNIRP), los factores ambientales que promueven la llegada de radiación UV a la tierra son:

  1. Composición atmosférica: además del ozono, existen otras partículas contaminantes que interactúan con los rayos UV, y que inducen fenómenos ópticos como absorción, difusión, reflexión y refracción.
  2. Angulación solar en el horizonte: este ángulo con el que ingresan los rayos UV depende de la hora del día, por ejemplo, en verano, entre el 20 y 30% de la exposición total a radiación UV ocurre entre las 11 a 13 h, y un 75% entre las 9-15 h. También depende de la estación, donde existen diferencias significativas de exposición.
  3. 3. Latitud y altitud: en la latitud, la exposición a radiación UV disminuye a medida que aumenta la distancia con el ecuador. Por otro lado, la intensidad de UV incrementa con la altitud; se ha establecido que aproximadamente cada 300mt, la capacidad de la luz solar para producir quemaduras, aumenta en un 4%.
  4. 4. Nubes: la radiación UV se reduce aproximadamente un 50% cuando hay nubosidad total, cuando la cobertura de las nubes se disminuye, el escudo protector que representan es más débil, llegando a un bloqueo solo del 10% de UV.
  5. 5. Reflectancia: los fenómenos de reflexión en superficies cercanas pueden marcar la diferencia de exposición de cada humano, experimentando diferencias de radiación en partes del cuerpo específicas. En este caso, los ojos estarían en mayor riesgo. Entre las superficies reflectantes a prestar más atención están: nieve, pasto y follaje, arena y agua. Este fenómeno también se conoce como “albedo”, y se destaca el “efecto Coroneo”, donde principalmente, los rayos que provienen del lado temporal del rostro se pueden refractar por el domo corneal en el limbo nasal corneal y en la región nasal e inferotemporal del cristalino.

La piel y los ojos son los principales órganos diana de la exposición tanto aguda como prolongada. La queratosis actínica, los cánceres de piel no melanoma y el melanoma maligno son los principales efectos adversos cutáneos a largo plazo, mientras que el pterigión, las cataratas y, según un conjunto de pruebas cada vez mayor, se puede inducir la degeneración macular.

Conocer estos factores permitirá dar mejor recomendación a los pacientes para que adopten medidas de protección específica en cada caso contra la radiación UV.

Adaptado de: Modenese A, Korpinen L, Gobba F. Solar radiation exposure and outdoor work: An underestimated occupational risk. Int J Environ Res Public Health. 2018;15(10):1–24.

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