Docente Área Andina, Pereira
Editor Área Superficie Ocular
Desde tiempos inmemorables como dicen los relatos, la investigación se ha visto como una actividad exclusiva de los académicos, de aquellos que se encuentran inmersos en el alma mater y, por tanto, de quienes representan una pequeña proporción dentro del grueso de la población profesional.
Este fenómeno impacta desde diferentes ángulos nuestro ejercicio profesional, por ejemplo, al revisar documentos sobre datos epidemiológicos, avances terapéuticos o diferentes actualizaciones frente a las enfermedades de superficie ocular, seguimos encontrando más literatura internacional que nacional; esta situación, en ocasiones no es tan útil pues los comportamientos de algunas patologías varían según los grupos étnicos, según las características ocupacionales de la población, el medio ambiente en el que se desenvuelven, entre otros, y por tanto lo que aplica en Europa, puede que no sea tan efectivo o tan común en Latinoamérica.
Analizando esta situación, considero que esta cierta apatía hacia la investigación se debe en gran manera al desconocimiento de los procesos inherentes a la misma; si bien es cierto que se requiere de una habilidad metodológica para lograr resultados efectivos, soy de aquellos que considera que cualquier profesional está en capacidad de aportar datos importantes para que, quien lidera el estudio, enriquezca y fortalezca las bases de su proyecto.
Son ustedes los que viven la profesión día a día con sus pacientes, quienes tienen el insumo perfecto para hacer reportes de caso, para brindar datos estadísticos que mejoren la información epidemiológica de las enfermedades de superficie ocular en nuestro país, un simple paso como lo es hacer un registro adecuado del diagnóstico del paciente fundamentado en las buenas prácticas, se convierte en un elemento de peso para que los investigadores académicos construyan perfiles de prevalencia. La invitación es a que forjen alianzas, se apoyen en las universidades que los formaron y se conviertan en los actores “de campo” de este gran mundo, una invitación para que desmoronen los prejuicios y suban a esa interesante rama de nuestro ejercicio profesional.
