Los optómetras agregan valor al equipo de profesionales de la salud que manejan los casos de enfermedades inflamatorias del intestino (EII) y tumores malignos de colon.

“Esto refuerza la necesidad de que el optómetra ofrezca un examen ocular completo, como parte integral de la experiencia de atención primaria esencial para el paciente”.

Según un informe reciente del Health Policy Institute (HPI) de la American Optometric Association (AOA), estas afecciones muestran manifestaciones extraintestinales y las del ojo representan una oportunidad única para que los optómetras identifiquen las exacerbaciones de las EII durante los exámenes oculares exhaustivos, Dado que los exámenes oculares integrales pueden llevar a un diagnóstico temprano y definitivo de las EII, los resultados de los pacientes mejorarán con un tratamiento más temprano.

“Las manifestaciones clínicas de las enfermedades inflamatorias comunes del intestino (EII), incluida la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, no se limitan al tracto gastrointestinal”, señala el documento de la HPI. “Las EII tienen impacto en otros órganos en un número significativo de pacientes, incluidos los ojos en el 72,1 por ciento de los pacientes con estas afecciones.

“Estas manifestaciones, conocidas como extraintestinales, asociadas con los ojos, incluyen cambios inflamatorios en los vasos sanguíneos de la conjuntiva y la esclerótica y el cuerpo ciliar”, escriben los autores del estudio. “Si no se tratan, estas manifestaciones pueden causar pérdida temporal o permanente de la visión”.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), un número creciente de estadounidenses han sido diagnosticados con EII.

En 1999, la prevalencia de EII fue de 2 millones de adultos estadounidenses, según los CDC. En 2015, utilizando una población de estudio más representativa a nivel nacional, aproximadamente 3,1 millones de adultos informaron haber recibido un diagnóstico de EII.
El informe vincula las EII con una variedad de afecciones oftálmicas, que incluyen:

  • Episcleritis
  • Escleritis
  • Queratoconjuntivitis sicca (ojo seco)
  • Edema retiniano
  • Neuritis óptica (hinchazón del nervio óptico)
  • Parálisis de los nervios del músculo extraocular.

“La evaluación del ojo debe ser un componente de rutina de la atención en pacientes con EII, al igual que ocurre con afecciones sistémicas comórbidas crónicas similares, como la diabetes”, agrega el informe. “El optómetra tiene la capacidad de proporcionar comentarios personalizados tanto para el paciente como para el equipo interprofesional de atención médica con respecto a cualquier terapia farmacológica prescrita para la EII. Esta información es importante ya que estas terapias pueden causar varios efectos secundarios oculares, entre ellos, pero no limitado a cambios en la visión a distancia y visión cercana. Además, un examen de ojo dilatado puede detectar tumores malignos de colon con manifestaciones extracolónicas (como poliposis adenomatosa familiar) en forma de hipertrofia congénita del epitelio pigmentario de la retina, dice el documento”.

Fuente: http://www.aoa.org
Imagen tomada de: http://www.aoa.org/images/News_2019/IBD.jpg

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